Hoy traigo una receta sencilla, muy tradicional, es ese bizcocho de limón que hacían las madres, abuelas… pero este tiene algo distinto, ese zumo de limón hace que al morderlo sea una explosión cítrica que haga no puedas parar de comer. Además, te enseñaré cómo hacer un delicioso bizcocho de limón glaseado que llevará tu postre a otro nivel.

El molde que he utilizado ha sido uno rectangular, típico de plum cake para que sea estrecho y alto, perfecto para obtener un bizcocho con limón entero en su esencia más pura.

Vamos con la receta! 🙂

Ingredientes para bizcocho de limón:

3 huevos
180g de azúcar
170g de aceite suave
200g de harina
1- 1/2 cucharadita de levadura
1/2 zumo de limón
ralladura de un limón

Pasos para elaborar el bizcocho de limón

Previamente precalentamos el horno 180º calor arriba y abajo. Colocamos un trozo de papel de horno en el fondo para que nos resulte más fácil el desmoldado.

Tamizamos la harina y la levadura. Reservamos.

Comenzamos batiendo los huevos y el azúcar hasta que empiecen a blanquear.

Añadimos el aceite poco a poco a la vez que seguimos batiendo.

Echamos la harina y la levadura que teníamos reservada y mezclamos bien. Es preferible que rasquéis el fondo, ya que a veces la harina al mezclarla se queda ahí y cuando lo llevamos al molde nos encontramos la sorpresa.

Ahora es el momento del zumo de limón y de la ralladura, incorporamos la mitad de esa mitad del zumo y toda la ralladura de limón. (le puse la ralladura de un limón entero pero eso es a gustos)

Lo vertemos en el molde y lo llevamos al horno, (a poder ser en la parte media o baja) durante 40-45 minutos.

Una vez horneado, procedemos a añadir el toque final que le dará ese aspecto irresistible: el bizcocho glaseado. Cuando lo saquemos del horno le pincelamos por todo el bizcocho lo que queda de zumo.

Para rematar al super bizcocho le ponemos el glaseado por encima, lo que lo convertirá en un auténtico bizcocho de limón glaseado.

Ingredientes para el glaseado:

5 cucharadas de azúcar glass
Gotas de agua

Vamos añadiendo las gotas poco a poco hasta que tengamos una crema ni muy líquida ni muy densa. Yo la dejo líquida porque me gusta que quede una capita súper fina de azúcar, como cristalizado, añadiendo ese toque especial al bizcocho glaseado.