La red velvet es una delicia que captura los corazones de todos los que la prueban. Su textura suave y color vibrante hacen que sea una opción popular para cualquier ocasión especial. Si te has preguntado de qué está hecha la red velvet, te interesará saber que uno de sus componentes clave es el cacao, que se complementa con un toque de colorante rojo para darle ese tono característico.
Para aquellos que buscan una versión aún más indulgente, esta receta de red velvet con pasta kinder bueno añade un giro delicioso al clásico. La combinación de la textura aterciopelada con la suavidad de la pasta kinder bueno es simplemente irresistible. Y si prefieres explorar otras opciones, la crema se puede variar al gusto, sustituyendo la pasta kinder bueno por nutella, chocolate blanco o incluso ferrero, creando así nuevas y emocionantes variantes de esta codiciada tarta.
INGREDIENTES:
Para tres moldes de 18cm:
- 120ml de aceite suave
- 280g de azúcar blanco
- 2 huevos
- 2 cucharadas de cacao en polvo
- 300g de red velvet con harina preparada
- 1 cucharadita de colorante en pasta rojo extra
- 1 cucharada de vainilla
- 200ml de buttermilk (añadiendo 2 cucharadas de zumo de limón a la leche)
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 2 cucharaditas de vinagre blanco
Ingredientes para la crema red velvet:
- 100 gr de claras de huevo
- 200 gr de azúcar
- 300 gr de mantequilla pomada (a temperatura ambiente, sacada al menos 3-4h antes de la nevera)
- kinder bueno pasta o alternativamente nocilla de chocolate blanco y negro o chocolate blanco y crema de avellanas.
-Precalentamos el horno a 180º. Tamizamos la red velvet con harina preparada junto con el cacao y preparamos el buttermilk, mezclando la leche y el zumo de limón. Reservamos ambas cosas.
-Mezclamos el aceite con el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea.
-Añadimos los huevos, uno a uno, asegurándonos de que el primero esté bien integrado antes de agregar el segundo.
-Vamos incorporando la pasta red velvet y la mezcla de buttermilk de forma alternada, mezclando bien después de cada adición.
-Añadimos la vainilla y el colorante en pasta, mezclando bien para evitar grumos.
-Por último, añadimos el vinagre y bicarbonato y mezclamos bien.
-Vertemos la mezcla en los moldes y horneamos durante 30 minutos o hasta que al introducir un palillo, este salga limpio.
-Una vez horneados, dejamos enfriar antes de desmoldar.
Mientras se enfrían los bizcochos, preparamos la crema. En un cazo al baño maría, batimos las claras y el azúcar sin parar hasta que el azúcar se disuelva por completo. Si dispones de un termómetro, puedes pasteurizar la mezcla a 80ºC.
Batimos la mezcla hasta obtener un merengue con picos firmes, luego cambiamos a la pala de la batidora (si está disponible) e incorporamos la mantequilla poco a poco a baja velocidad. Es normal que la mezcla parezca cortarse en algún momento, pero si continúas batiendo, se integrará perfectamente.
Una vez lograda la consistencia deseada, similar a la de un helado, añadimos la pasta kinder bueno y batimos por un minuto más.
Trasladamos la crema a una manga pastelera y procedemos al relleno de los bizcochos, asegurando un montaje uniforme y alternando cada capa con generosidad. Aplicamos una capa fina de crema, conocida como “recogemigas”, por los laterales y la superficie superior para preparar el terreno para la cobertura final. Refrigeramos el bizcocho por al menos 30 minutos antes de proceder al montaje final.
Montaje de la tarta
Extendemos la crema de manera uniforme sobre todo el bizcocho y alisamos con una espátula o herramienta similar para lograr un acabado perfecto. Para un resultado extra liso, calentamos la espátula en agua caliente, la secamos y la pasamos rápidamente por la tarta.